1. Mr. Masters
Él es poderoso, me lleva unos buenos años... y mi jefe, una combinación letal.
La satisfacción laboral ha adquirido un significado completamente nuevo.
Cuando mentí en mi currículum, no esperaba que importara.
Quiero decir, estaba dispuesta a llevarme bien con cualquier niño; nací para ser niñera.
Solicité un puesto para trabajar para una mujer, o eso pensé.
Pero Julian Masters es definitivamente un hombre... del tipo que sueñas con lamer chocolate de su cuerpo.
El primer día fue malo.
Los niños se portaron como engendros del demonio y yo lo espié a través de una ventana y lo sorprendí haciendo algo obsceno... e igualmente fascinante.
El segundo día fue peor, me pilló fisgoneando en los cajones de su baño y se desató el infierno.
Al tercer día, lo atropellé con un carrito de golf.
Y para el cuarto día yo había decidido que quería ese chocolate... y todo lo demás.
Pero los jueces—ricos y viudos—no se enamoran de las niñeras tontas.
¿O si?
2. Mr. Spencer
Él es mayor que yo, el hombre más guapo y de la peor reputación de toda Inglaterra. Pero desde la primera vez, algo comenzó a vibrar entre nosotros. Nuestro primer encuentro fue en una boda, donde me siguió y me besó. La segunda vez que nos vimos, terminamos en una gran pelea. Y luego nos encontramos en una cita a ciegas. Pueden imaginar mi sorpresa cuando vi esos ojos azules mirándome desde el otro lado de la mesa, pero él era la cita de mi amiga... Él es sarcástico, ingenioso y travieso, y lo que es peor, tenerlo cerca enciende el fuego que corre por mis venas.
Unos días más tarde me envió un correo electrónico enumerando treinta razones por las que debería salir con él. Esperaba una lista bastante interesante. Curiosa, seguí leyendo.
Razón 1: Tengo dientes blancos.
Razón 2: Quiero mucho a mi abuela.
Razón 3: Calzo trece, sabes lo que significa.
Y ese es mi problema, la lista era una tontería, y también una de las cosas más divertidas que he leído en mi vida.
Entre risas, aprendimos a amarnos. Pero también aprendimos que podemos dejar todo atrás, excepto el pasado. El suyo ha regresado. El casanova más infame ha puesto sus ojos en mí, pero ¿será amor verdadero?
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